¿Qué es la quimioterapia?

Recibir un diagnóstico de cáncer de piel puede ser atemorizante. Pero hay opciones de tratamiento eficaces, como la quimioterapia. En la quimioterapia se usan medicamentos fuertes para atacar y destruir las células cancerosas.

¿Cómo funciona la quimioterapia para el cáncer de piel no melanoma?

La quimioterapia para el cáncer de piel no melanoma se administra, por lo general, como crema o pomada directo en la piel. Esto se conoce como quimioterapia tópica. Este tipo de quimioterapia solo se usa cuando el cáncer se encuentra solo en las capas superficiales de la piel. El medicamento no llega a las capas más profundas de la piel ni a otras partes del cuerpo. El medicamento se suele aplicar varias veces a la semana durante unas semanas. Le enseñarán a hacer esto y podrá hacerlo en su casa.

Cuando el medicamento se introduce directo en la sangre a través de una vía intravenosa (catéter intravenoso), el procedimiento se llama quimioterapia sistémica. La vía intravenosa es un tubo blando y pequeño que se coloca en una vena del brazo. La quimioterapia sistémica se puede usar para tratar el cáncer de piel de células escamosas que se propagó a los ganglios linfáticos y a otros órganos. Se puede hacer durante una visita ambulatoria a un hospital, es decir que puede volver a su casa ese mismo día. También puede recibir la quimioterapia sistémica en el consultorio del médico o en una clínica de quimioterapia.

¿Qué medicamentos de quimioterapia se administran para tratar el cáncer de piel no melanoma?

El medicamento que se use en el tratamiento dependerá del tipo de cáncer de piel no melanoma que tenga. Los 3 tipos más comunes de este cáncer son los siguientes:

• Cáncer de piel de células escamosas

• Cáncer de piel de células basales

• Linfoma cutáneo (de la piel)

Cáncer de piel de células escamosas

El tratamiento para este tipo de cáncer puede ser quimioterapia tópica o quimioterapia sistémica.

El medicamento que se usa con más frecuencia para la quimioterapia tópica es el 5-fluorouracilo (5-FU).

Estos son algunos de los medicamentos más comunes de la quimioterapia sistémica:

• Cisplatino

• 5-fluorouracilo (5-FU)

• Carboplatino

• Capecitabina

• Docetaxel

• Paclitaxel

Cáncer de piel de células basales

Rara vez se usa la quimioterapia para tratar el carcinoma de células basales. Pero en casos avanzados, podrían usarse otros medicamentos que se toman por vía oral. Estos medicamentos se llaman terapias dirigidas. Puede tomarlos en casa como cualquier otro medicamento oral.

Linfoma cutáneo (de la piel)

Hay muchos medicamentos y combinaciones de medicamentos diferentes para tratar el linfoma de la piel. La elección depende del tipo exacto de linfoma que tenga.

Estos son los medicamentos que se usan con más frecuencia para la quimioterapia tópica:

• Mecloretamina

• Carmustina

Estos son algunos de los medicamentos más comunes de la quimioterapia sistémica:

• Metotrexato

• Ciclofosfamida

• Doxorrubicina

• Gemcitabina

• Etopósido

¿Cuáles son los efectos secundarios más comunes de la quimioterapia?

Con la quimioterapia, se atacan y se destruyen las células cancerosas, que crecen y se dividen con rapidez. También afecta algunos tipos de células normales, lo que puede causar efectos secundarios.

Quimioterapia tópica

Algunos de los efectos secundarios de la quimioterapia tópica son los siguientes:

• Enrojecimiento, picazón y dolor en la piel donde se usa la crema o la pomada. Esto desaparece con el tiempo después de que finaliza el tratamiento.

• Infección, que puede tratarse con cremas tópicas con antibiótico

• Mayor sensibilidad a la luz solar. Esto dura unas semanas después del tratamiento. Debe proteger la piel de las quemaduras solares.

Si la piel se enrojece, se calienta, se hincha o le duele durante el tratamiento, consulte al proveedor de atención médica.

Quimioterapia sistémica

La quimioterapia sistémica o intravenosa afecta las células en muchas partes del cuerpo. Los efectos secundarios dependen de los medicamentos y de las dosis que se usen. Los siguientes son algunos efectos secundarios frecuentes:

• Debilidad

• Náuseas o vómitos

• Pérdida del apetito

• Llagas en la boca

• Diarrea o estreñimiento

• Caída del cabello

• Sarpullidos cutáneos

• Neuropatía periférica. Se trata de un daño en los nervios que provoca entumecimiento u hormigueo (una sensación de pinchazos) en los dedos de manos y pies.

• Mayor riesgo de infección por un recuento bajo de glóbulos blancos

• Fácil aparición de moretones o sangrado por recuento bajo de plaquetas

• Fatiga por un recuento bajo de glóbulos rojos

Muchos efectos secundarios de la quimioterapia se pueden tratar para evitar que empeoren. Además, hay efectos secundarios que quizás pueda prevenir con ciertas medidas. La mayoría de los efectos secundarios desaparecen poco después de que finaliza el tratamiento. Pero algunos pueden durar más o ser permanentes. Si tiene efectos secundarios, hable con el proveedor de atención médica sobre cómo controlarlos.

Colabore con los proveedores de atención médica

Es importante saber qué medicamentos usa. Es recomendable anotar los nombres de los medicamentos. Pregunte al equipo de atención médica cómo actúa cada uno, qué efectos secundarios podrían causar y cuánto tiempo duran esos efectos secundarios.

Hable con los proveedores de atención médica sobre los síntomas a los que debe estar atento y cuándo debe llamar. Por ejemplo, la quimioterapia puede hacerlo más propenso a contraer infecciones. Es probable que le indiquen controlar la temperatura y mantenerse alejado de las personas enfermas. Puede llamar si tiene fiebre o escalofríos. Asegúrese de saber a qué teléfono llamar si tiene preguntas y si hay un número diferente para llamar fuera del horario de atención y los fines de semana.

Puede ser útil llevar un registro de sus efectos secundarios. Anote los cambios físicos, mentales y emocionales. Tener una lista por escrito hará que le resulte más fácil recordar las preguntas cuando concurra a las citas. También les facilitará a usted y a su equipo de atención médica colaborar en el armado de un plan para controlar los efectos secundarios.