Cómo controlar el mal temperamento
Todas las personas se enojan de vez en cuando. Ya sea una pelea con un amigo, un disgusto en el trabajo u otra situación de enojo, la ira nunca es una experiencia placentera. Pero es reconfortante saber que, aunque no sea placentera, la ira es parte del ser humano.
Se necesita al menos un poco de ira para la supervivencia. Cuando nos sentimos amenazados, desarrollamos sentimientos y comportamientos agresivos. Esto nos permite pelear y defendernos.
Pero los episodios frecuentes o intensos de ira no son buenos para usted ni para las personas que lo rodean. Si siente que pierde los estribos con demasiada frecuencia, intente aplicar estos consejos para controlar su mal temperamento:
Determine si tiene otras enfermedades
Si siente ira con frecuencia, quizás exista una causa subyacente. Por ejemplo, puede tener trastorno por estrés postraumático, enfermedad de Alzheimer u otros trastornos. Consulte a su proveedor de atención médica si sospecha que otra afección puede estar causando sus problemas de temperamento.
Actúe con firmeza, sin ser agresivo
Si siente ira por un desacuerdo con alguien, la mejor forma de expresarla es compartiendo sus sentimientos de forma respetuosa. Expresar su ira de esta forma puede ser más saludable que guardársela. Las personas que reprimen estos sentimientos son más propensas a desarrollar comportamientos pasivos-agresivos y depresión. También tienen más probabilidades de tener afecciones físicas, como presión arterial alta. Cuando exprese sus sentimientos con firmeza, mantenga la calma. Evite comportamientos como gritar. Puede sentirse bien “dejarse llevar”. Pero se ha demostrado que este comportamiento aumenta la ira y no la alivia. En pocas palabras, no tema decir lo que piensa, pero sea cortés al mismo tiempo.
Conozca y evite sus desencadenantes
Una buena forma de controlar su mal temperamento es no enojarse en primer lugar. Si ya sabe que se estresa con los atascos de tráfico, intente conducir antes o después de la hora pico. Si está malhumorado apenas se levanta por la mañana, no inicie conversaciones estresantes con su cónyuge hasta que haya desayunado su café. No puede evitar cada desencadenante, pero reconocer y evitar los que sí puede controlar puede significar un gran paso para disminuir su ira y sus niveles de estrés.
Aprenda a relajarse
Puede resultarle práctico saber algunos trucos para recuperar la calma la próxima vez que sienta que está por perder los estribos. Por ejemplo, la respiración profunda es un método sencillo que funciona bien para aliviar los sentimientos de ira. Para hacerlo, inhale lentamente por la nariz, mantenga la respiración durante algunos segundos, y luego exhale por la boca. Esto ayuda a contrarrestar la respiración rápida y poco profunda que suelen tener las personas enojadas. También puede ayudar pensar en un lugar tranquilo, real o imaginario. Practique estas técnicas todos los días. Sentirá que, conforme pasa el tiempo, le saldrán de forma más natural.
Busque ayuda
Si no funciona intentar calmarse a sí mismo y no se pudo encontrar otra causa para su ira, consulte con un proveedor de salud mental para aprender mejores formas de lidiar con su ira. Este tipo de terapia puede ser individual o grupal. La mayoría de las terapias para el manejo de la ira se enfocan en controlar la ira y aprender a resolver conflictos para ayudarlo a evitar que la agresión se apodere de usted. Pida a su proveedor de atención médica primaria que lo derive a un terapeuta o a un programa grupal.
Importante
Si piensa que puede volverse violento a nivel físico o emocional, aléjese de la situación. Considere esta sensación de pérdida de control como una señal de que necesita ayuda profesional.